Counseling espiritual

Por el Rector J. J. F. Milano

La tesis sería: El calificativo de “Espiritual”, le pertenece de suyo al counseling como propio.

Antecedente filosófico

   Dado que detrás de todo saber o quehacer técnico científico, late una determinada visión filosófica antropológica, el counseling remonta su enfoque y quehacer al mismo Sócrates y no tan solo como suele de inmediato pensarse por el método mayéutico, sino precisamente por su fundamento, que es el creer que las verdades fundamentales, radican en el interior del mismo hombre, para lo cual debe ayudársele a “dar a luz”; de allí que C. Rogers tome como ejes de trabajo la confianza organísmica y la tendencia actualizante, que no son sino el método para la intuición fundamental de la consciencia y no solo esto, sino como el mismo último interés de la develación socrática, la que no puede ser otro, que el bien del hombre (lo ético fundante de esta noble tarea). Así bien podríamos decir que tanto por su marco conceptual, como por su objeto y método, el counseling es tan antiguo –al menos en su misión-, como los primeros orientadores que eran buscados para el discernimiento de vida.

Cabe ahora definir, qué se entiende por espiritual y espiritualidad

     Por espiritualidad, (expresión de la dimensión espiritual), debe entenderse en principio y lo más ampliamente considerado en tanto sus implicancias, como el modo particular y personal que le es propio al ser humano, de relacionarse con su mundo; o de la existencia y consciencia de sí, para el encuentro dialógico (ser, pensar y obrar según la propia identidad). Esto, en y por la actualización de valores, ideales, motivaciones, arte, búsqueda de sentido último y fe religiosa –(Entendida ésta última, como apetito innato religador o reunificador y no referida a un credo particular)-; todo lo cual hará a la capacidad de afrontamiento del sujeto ante sus circunstancias.

Lo que entendemos por Counseling

   El Counseling o consejo o relación de ayuda, consultor o facilitador, según acentos y  diversas culturas donde se aplican, nos habla de un encuentro interpersonal empático, en el cual el orientador centrado en la persona del consultante antes bien que solo en el problema, procura ayudar al desarrollo de sus potencialidades y éstas, ante situaciones de crisis o necesidad de discernimiento, para llegar al autodescubrimiento, la confianza y aceptación de sí mismo y el libre desarrollo de su persona, respetando su paradigma o  concepción acerca de la vida y del hombre. A diferencia de lo médico (orgánico o psicológico) que trabaja en la cura de patologías, el consejero trabaja sobre la dimensión existencial con lo sano desde su concepción de salud integral.

    La concepción antropológica a la que hice alusión, más allá de los acentos según los terapeutas u orientadores, se puede resumir en lo ontológico, como unidad pluridimensional indivisible (Psico-somática-noética) y en su dinámica existencial, como un ser que existe para el encuentro dialógico.

 

Convergencias

El punto de convergencia se ubica en la siguiente precisión:  Cuando decimos dimensión humano existencial, es equivalente de suyo a “espiritual”, ya que en su fundamento filosófico, “ex-sistencial”, lo cual significa la capacidad del que siendo en sí (sistere), sale (ex) hacia el encuentro de un tú o lo otro” (Idea de trascendencia) con lo cual estamos hablando de esa dimensión propia de la consciencia que le es exclusiva de la persona.

 

Algunas referencias

Luego, si nos acercamos a las escuelas psicoterapéuticas que ciertamente aportan a una línea existencial y humanista, son con sus grandes mentores: L. Binswanger, precursor de la tercer escuela vienesa y el Análisis Existencial, junto a A. Maslow psicoterapeuta humanista y R. Allers con su mirada educativa; C. Rogers con su “Encuentro centrado en la persona integral” como así tituló su mirada; la Logoterapéutica de Viktor Frankl, trabajando en la búsqueda de sentido por los valores y Rollo May en  su misma línea; M. Boss, G. Allport, H. Ey e I. Yalom con su frase directriz: “El vínculo es lo que cura”.

Los fundamentos y su enfoque filosófico antropológico detrás, será mayoritariamente la aportada por la “filosofía de la existencia” (o enfoque existencial) que nace con el profético y revolucionario Sören Kierkegaard, quien alerta a no perder al hombre real sepultado debajo de teorías y sistemas conceptuales de ideas, hasta llegar en esa línea, a grandes figuras más actuales como Karl Jaspers, médico y filósofo; Gabriel Marcel; Max Scheler fenomenólogo de la axiología; N. Hartmann;  Martin Heidegger con su regreso al pensar metafísico; M. Buber y E. Lévinas apóstoles de la “alteridad”, (Incluyendo el aporte del personalismo de I. Mounier y M. Ponty quienes confrontaron a Sartre). Todos con una metodología de abordaje, originada en la Fenomenología de Edmund Husserl y el eco de la intencionalidad (busca lo suyo) de la consciencia “que lo es de algo”, en frase de F. Brentano; hasta un H. Bergson con el intuicionismo, etc.

Conclusión

    A poco de unir todas estas referencias, notamos que todo el contenido, el método y el objeto propio del counseling, están mucho más cerca de lo existencial que de lo psicológico, por ello no puede confundirse en absoluto la competencia de un orientador, respecto de la del psicólogo. Acompañar el crecimiento personal y visualizar las naturales crisis y conflictos, tanto como sus posibles resoluciones descubriendo su sentido, son cuestiones propias de la existencia o espiritualidad humana. Son el “lugar” propio por decir así, del counselor.